martes, 6 de marzo de 2012

El Reencuentro VII



CAPÍTULO  VI 
  LA  FAMILIA


- Reconozcoque tienes muy buenas razones para hacerme las preguntas anteriores, por esoquiero que consigas llegar a entender todo el entramado por el que has pasadodesde la creación de tu alma, razón de más para que quieras conocer de primeramano qué es lo que ocurrió en tu última vida, cómo se realizaron las cosas, porquése forjaron tus lazos de unión familiar además de tus propios desencuentros, porestos motivos te vamos a dar la oportunidad de poder contemplar tu entorno contodos tus seres queridos de una forma muy especial. Es fundamental que tengasmuy presente que los conceptos de principios básicos que tenemos todos los quehemos sido humanos, dependen sólo y exclusivamente de la familia, ya que si elentorno familiar que rodea a la persona en cuestión, es efectivo, siempreexistirá en el individuo algo en su interior que le hará hacer o decir lascosas como los mayores de su familia le enseñaron en su mas tierna infancia. Vasa contemplar una serie de diferentes capítulos de tu vida, verás imágenes queya no recordabas, pero que fueron reales, serás un simple espectador de tuspropias vivencias, además de las que te puedan afectar por hechos de tusmayores; podrás comprobar, observar, contemplar y analizar, inclusive se tedejará hacer algún que otro comentario, pero, óyeme bien, en este casoconcreto, no podrás intervenir en nada de lo que veas, no podrás corregirningún error, ni tuyo, ni de tus mayores, serás un simple espectador de tupropia vida y la de tu familia, el objetivo de esto es llegar a conseguirperfeccionar tus actos y los pensamientos de tu alma para posterioresreencarnaciones, así que ahora, cuando empieces a ver las imágenes que se hanpreparado sobre tu pasado, tendrás la satisfacción de comprobar y estudiar cómofue tu vida y tu entorno. ¿De acuerdo? -.          

-Me has dejado de piedra, creo que es una gran alegría la que me das, puesevocar mi propia vida es algo que me atrae muchísimo, voy a disfrutar con estavisión, gracias, Simón, muchas gracias -.

-No, no me des las gracias, esto es algo que tú te mereces, es posible quedespués de contemplar lo que te vamos a visualizar, consigamos tener entrenosotros a un nuevo Ventura San Juan Martos, no obstante no te prometas tantafelicidad, pues muchos de los errores y faltas que cometisteis van a volver asalir a la luz, así que tú mismo -.

Nadamás decir estas frases, empezaron a aparecer delante de mí una serie deimágenes, que por orden de aparición comento:

“Laprimera imagen que se desarrolla ante mí, es una amplia habitación con dosgrandes ventanales, por donde entra una gran cantidad de luz, en ella yacostada en una cama de matrimonio está una bella y joven mujer, plena de sudory gimiendo de dolor, a su lado están dos mujeres de mayor edad, que la estánayudando a sacar de sus entrañas al hijo que está trayendo al mundo, también estánotras dos mujeres pululando por la habitación, las cuales colaboran en lamedida de sus posibilidades con toallas, agua y algún que otro rezo a la Virgen María, de repente se oyeun gemido y un llanto muy característico de recién nacido, soy Yo, acabo dellegar a este mundo, desde la posición que estoy manteniendo fuera de la escenaque se me está representando miro la hora en un reloj de carillón situadoenfrente de la cama donde está mi madre y observo que son las cinco de la tardede un cálido y luminoso día de Otoño”.

“Enseguidavuelvo a posar la mirada en la escena, todas las mujeres presentes en el partoestán muy alegres y contentas, completamente emocionadas se dicen unas a lasotras”:

- ¡Es un niño, qué guapo es, que gordito está!-

Sigomirando con toda la atención que soy capaz de tener, contemplo como  me cortan el cordón umbilical que me une a mimadre, después me lavan y me envuelven en una toquilla muy blanca, es entoncescuando me entregan delicadamente a los brazos de mi mamá, ella me recibe yaunque está muy cansada por los esfuerzos realizados, esto no es impedimentopara que al mirarme por vez primera me sonría y emocionada le caigan unaslágrimas, cariñosamente me abraza entre sus amorosos brazos, noto un cálidobeso que deposita en mis mejillas, al mismo tiempo me mece y me quedoplácidamente dormido”.       

“Aldía siguiente, mi tío Sebastián me inscribe en el Registro Civil y todoorgulloso dice”:

- Le he dado de alta hoy, por eso le he hecho un díamas joven -.

Papáme conoció meses más tarde, en Diciembre de 1947, concretamente el día deNavidad, el estaba por su trabajo, destinado en Valencia; tuvo que conseguirunos permisos especiales para desplazarse a Tetuán, la capital del ProtectoradoEspañol, que era donde vivíamos. Mas o menos un mes después de que nací, sefestejó mi bautizo, la casa de mi abuela se llenó con todo tipo de personasafines a la familia, tales como amistades, conocidos y la propia familia en sí.A continuación, veo a mi abuela que está sentada, a su lado está su hermana Isabel,la cual en un aparte la dice:

- ¿Te acuerdas de Papá Miguel, lo guapo que era? -

- Hay que ver el parecido tan grande que tiene el niñocon él 

- Puessí, - la contesta mi abuela -, hace seis años que falleció y todavía no meacostumbro a su falta, por cierto hace un rato ha llegado un telegrama defelicitación por el nacimiento de nuestro niño, desde Ronda, lo envía el primohermano de Papá Miguel, es de Cayetano, el padre de éste maletilla que está empezandoa destacar, nuestro primo Antonio Ordóñez -.

Ambashermanas siguen muy cariñosas, hablando de sus padres, Miguel Ordóñez yFrasquita Sánchez que tiempo atrás habían fallecido los dos en Tetuán, derepente se unen a la conversación sus hermanos, Antonio y Mario, con susrespectivas mujeres Santiaga y Anselma, todos contentos hablan del reciénnacido, también de sus propios hijos y de lo que les deparará el futuro. Muyrápidamente aparecen nuevas escenas como si fueran fotografías, unas detrás delas otras, muy seguidas, en ellas se reflejan hombres y mujeres,  todos son del entorno familiar que rodea a mimadre, a sus amistades y a sus conocidos; se cierra esta serie de impactosvisuales con la presencia del tito Antonio, hermano de mi abuela, marido de SantiagaNavarro y padre de Ester, Mirian y Raúl. Él está enfermo de tuberculosis ósea yacostado en una cama, por esta causa Santiaga no tuvo mas remedio que trabajarcomo camarera de habitaciones en el Hotel Dersa, por el motivo de habersepuesto a trabajar, era muy criticada por tita Isabel y su entorno, pero eso sí,ella no recibió ningún tipo de ayuda para dar de comer a sus hijos. Siguenpasando escenas de mi infancia, siempre rodeado por mujeres de mi familia talescomo Mamá, la abuelita, tita Isabel, Violeta, Juana, Mirian, la que después fuemi tía Luisa y conocidas como las chicas de la academia de corte y confecciónde Victoria, en fin, un enorme ramillete de mujeres que siempre estaban a mialrededor, las cuales me cuidaban, mimaban y me daban todos los caprichos queestaban a su alcance, así en ese entorno tan delicado, tuve una pre-infanciacompletamente feliz. Rápidamente aparece una escena, en la que voy de la manode dos personas ataviadas y vestidas con ropas elegantes, al uso de los  domingos, al parecer estamos en Valencia, puesal fondo de la imagen se vislumbra la Catedral con su bella Torre del Miguelete, sondoña Pepita y don Joaquín, vecinos de la casa donde vivimos, un poco despuésvislumbro a Mamá y Papá saliendo de una cafetería de la Plaza Mayor deValencia, sita en el centro de la ciudad, llamada Barrachina, me lleva cogidode su mano mi Papá, entre él y mi Mamá, me llevan a un parque, relativamentecercano, quiero recordar que le llaman el Vivero.
 
Lasescenas vuelven a cambiar rápidamente y se empiezan contemplar otra serie demomentos vividos en Marruecos, observo como mi padre está hablando con  unos jóvenes militares llamados Estela,Palacín, Izquierdo y otros varios más, están en la base militar del aeropuertode Sania Ramel, en Tetuán, enseguida aterriza un DC/3, viene de Madrid ySevilla. Cuando se bajan los pasajeros, mi padre me introduce en su interior,me lleva hacia la cabina de vuelo, el pasillo del avión es una cuesta arriba,me da un vaso de papel y echa agua en el, la bebo, me sabe muy buena, distinta,es agua de Madrid, del río Lozoya, ¡Uf, qué rica!. Un poco después me veoreflejado en un colegio con otros niños y niñas, los hay españoles y cristianoscomo yo, judíos y moros de buena posición, las enseñanzas son siempre encastellano, a todos nos tratan con educación y respeto, hacemos los juegos ytrastadas propias de la infancia, veo que mi hermana Sara siempre viene arecogerme a la salida de las clases para llevarme a casa, vivimos en un pisoalto, muy grande, en la calle Zoco del  Trigo, muy cerca de la Plaza de España donde está la Residencia del AltoComisario y de la famosa calle comercial, llamada “La Luneta”, que está en losprincipios del barrio de la Judería, la infancia sigue transcurriendo con normalidad,afecto y cariño. Enseguida se plasma ante mí la imagen de la Iglesia Católica situada en la Plaza de Primo de Rivera y queda a una plaza donde empieza el ensanche de la ciudad, el barrio Málaga, allíme veo vestido de Primera Comunión al igual que como otros niños amiguitosmíos, Estrellita Linares y su primo Fernandito entre otros. También se observauna sala oscura donde hay instalado un novísimo aparato de Rayos X, donde el capitánmédico de aviación, llamado Don Luís Herrero me está mirando a través de unaparato de Rayos X, cuando acaba con la exploración que me ha hecho, dice muy serioy circunspecto a mis padres:

- Osrecomiendo que enviéis al niño a la sierra, para que respire aire puro, tieneuna pleura en el pulmón derecho -.
  
Pocodespués, observo que estoy en una zona montañosa donde hay un aserradero demadera, rápidamente aparecen una serie de imágenes de unos niños entre los queestoy Yo, estamos jugando, brincando y saltando entre unas piedras, de repentese descuelga un pedrusco de una casamata en ruinas y rodando me alcanza, melastima la mano derecha, a la altura de la muñeca, destrozándome nervios,músculo y movilidad en dicha mano, rápidamente soy introducido con mi madre enun camión que se dedica al transporte de la madera y nos vamos a Xaüen, allí ensu dispensario, me cosen la herida en vivo, me entablillan y me remiten aTetuán.

Enseguida se me presentan una serie de imágenes que me llaman mucho la atención,pues observo con cierta satisfacción como el nivel económico de mis padres eslo suficientemente aceptable para comprobar que desarrollan una alta actividad social,ambos alternan y salen con frecuencia a fiestas y actos sociales; también noscoge a nosotros esta bonanza económica, pues viajamos desde Tetuán a Ceuta, Tánger, Xaüen, Alcazarquivir, Granada yhasta Madrid, los desplazamientos los hacemos en un coche de color negro, marcaCitroen 11 Ligero; sábados y domingos de verano nos llevan a las distintasplayas cercanas de Tetuán, tales como Río Martín, Restinga o Rincón, tambiénnos llevan a mí y a mis hermanas unas cuantas veces, a la feria y a la hípica paraver correr los caballos.

Hayuna escena en la que mi madre está ante el espejo del tocador de su dormitorio,lleva una toquilla transparente por encima de sus hombros y está terminando deretocarse y peinar el moño de pelo negro como el azabache que tiene, se miracon coquetería en el espejo y sonríe, en esos momentos entra mi padre, este, arreboladoante tanta belleza, la observa con verdadera admiración y la dice:
  
- Concha, termina de arreglarte, que llegamos tarde -.

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